Cuando voy por la calle, de vez en cuando veo escenas que me dejan huella por el aprendizaje o el entendimiento que me aportan. También con frecuencia, me encuentro con gente que me cuentan sus experiencias sobre el cambio positivo que han experimentado en sus vidas.  Esto es lo que voy a compartir con vosotros aquí, algunos hechos reales, por si os sirve también de algo. 
      Aunque eso si, para poder respetar la privacidad de estas personas, voy a usar nombres ficticios y hacer un cambio mínimo en sus historias, intentando, en todo lo posible, mantener la esencia. 

CUANDO SE ELEVA LA VIBRACIÓN

 

     Ese día Esther se sentía hundida. No podía más con los problemas económicos. Vivía con su marido y sus dos hijos. Y ya no sabían por dónde reducir los gastos. 

Les tenían que pagar una cierta cantidad de dinero, pero habían pasado meses y ni rastro. 

Así que se fue a casa de su amiga María, para desahogarse. En cuanto llego allí, le dijo, `` Últimamente todo me sale mal. Mi marido y yo, los dos llevamos meses sin trabajo. Estamos cansados de echar nuestro currículum en todas partes. Llevamos tres meses sin pagar el alquiler de nuestra casa. Encima el coche nos está fallando. Ya no sé qué hacer. ´´

     María le estaba escuchando atentamente, sin decir nada. Recordando su pasado. De cuando ella se sentía sola, perdida, hundida. Hasta que un día encontró un camino que le llevo hacia un nuevo despertar, un proceso de conciencia y desarrollo personal que le fue ayudando a salir de ese pozo sin fondo. 

     Hoy su amiga se encontraba en una situación parecida. Pero aún no era su momento. Esther no quería tomar ese camino que le ayudaría a entender el porqué de todo lo que le sucede. 

     Mientras estaban hablando, se acercó la hija de María, de unos 13 años, para enseñarles una pulsera que ella acababa de terminar. Al ratito, apareció su hermano pequeño, tan divertido como siempre. Poco a poco, Esther empezó a distraerse. Al cabo una hora, la escena había cambiado por completo. No se sabe cómo ni cuándo empezaron a hablar de la historia de España, de las batallas, los reyes, las ciudades y muchas cosas. A Esther le apasionaba la historia y lo estaba contando todo de una manera tan interesante que los demás se quedaron escuchando con mucha atención. Al final pasaron una tarde estupenda, comiendo juntos, riendo, compartiendo. Al despedirse, Esther ni se acordaba a lo que había venido. Y cuando se marchó a su casa, a los diez minutos recibió una llamada, ` ¿Por favor puedes venir mañana a recoger el dinero que te debemos hace meses?´. 

¡Esther no se lo creía! ¿Cómo y cuándo ocurrió esa magia? ¿Serán cosas de su amiga? Ella no se dio cuenta, pero María sí. 

     Podemos decir que en este hecho real, Esther estaba actuando desde la inconsciencia, Y María de forma consciente. 

     Para Esther, todos sus problemas eran un camino sin salida. Sin embargo, María se dio cuenta en seguida, que tenía que ayudar a su amiga a elevar la vibración, de la tristeza a la alegría. Poco a poco, de forma sutil, se logró cambiar el ambiente. Y cuando ya la vibración era suficientemente alta, el Universo pudo hacer llegar  hasta Esther lo que ella más necesitaba en ese momento. 

 

Autora. Divya Vatnani.

 

DEL AGOBIO AL MILAGRO

 

     Paula. Una noche más. Llega su pareja a casa, después de haber tomado 4 copas de más. Se monta una escena. Como ella está aprendiendo a tomar consciencia, decide no darle vueltas al tema. Se mete en su cama, medita un poco, hace sus oraciones, se relaja, se siente mejor y se va a dormir. 

     Al día siguiente, se levanta pronto. Tiene que llevar a uno de sus hijos al médico. Pero el niño no se levanta con facilidad. La mente de Paula empieza a correr. Siempre le pasa lo mismo. El niño se duerme tarde por la noche, no le hace caso. Ella tenía miles de cosas que hacer: atender al otro niño, hacer la comida, ir al supermercado, y después, el trabajo. Y encima la frustración de que su pareja no colaboraba lo suficiente. Todas esas situaciones le estaban absorbiendo.

     Al final, cuando ya quedaba poco tiempo para ir al médico, ella despierta al niño con mala cara. El niño abre los ojos, ve a la madre enfadada, y no entiende lo que ha pasado nada más empezar el día. 

     Cuando Paula vivía desde la inconsciencia, no se fijaba en esos pequeños detalles. Pero en esta ocasión, en seguido pilló la reacción de su hijo. Se dio cuenta que estaba transmitiéndole su enfado, y así, alejándole de si misma. 

     Mientras el niño se vestía, ella se sentó un momento para recapacitar. Y se dio cuenta que ese enfado venía a raíz de la situación de anoche con su pareja. Y pensó, `tengo que borrar de mi mente esa imagen, como si no hubiera pasado nada, sino seguiré transmitiendo mi rabia y atrayendo consecuencias.´

     Hizo un par de respiraciones, intento recordar cosas bonitas y consiguió calmarse algo. El niño ya estaba vestido, mirando  los ojos de la madre sin saber cómo iba a reaccionar. Pero al verla relajada, se sintió mejor, y poco a poco terminaron riéndose en el camino hacia el hospital. Cuando llegaron allí, ¡ocurrieron varios milagros! 

     Uno - con todos los coches que había en el aparcamiento, consiguieron uno muy cercano y con mucha facilidad. 

     Dos - cuando llegaron a la consulta, la sala estaba a tope de gente, ¡pero curiosamente ellos fueron los primeros en ser atendidos y salieron antes de la hora citada!

     Tres - llegaron al aparcamiento justo en el momento en que otro coche, sin darse cuenta, iba a aparcar de una manera que ellos hubieron quedado bloqueados sin poder salir de allí. Y así, más cosas. 

     O sea, el sólo hecho de que Paula tomó consciencia a tiempo y cambio el chip, ¡el resto del día le fue fenomenal! Cuando podía haber pasado el resto del día quejándose y frustrada, y encima con problemas. 

 

Autora: Divya Vatnani.

 

UNA META - UNA MOTIVACIÓN 

 

     Cuando mi hijo tenía unos 9 meses de vida, no gateaba, ni se ponía de pie, algo que nos tenía un poco preocupados. Un día, estuve en la cocina, y él, sentado tranquilamente en su cuna, pegada a la mesa de la cocina, donde entre otras cosas había unos plátanos, su fruta favorita. 

     No sé en qué momento, sus ojos se fueron a los plátanos. Yo estuve distraída con lo mío mientras él se quedó mirando hacia su objetivo. Cuando di la vuelta, me sorprendió ver que él sólo, se había puesto de pie, con su brazo sobre la mesa intentando llegar a la fruta. Hoy han pasado años de aquello, pero ese momento se me quedó grabado. 

 

     Me gustaría compartir con vosotros la experiencia de una amiga que igual que mi hijo, empezó a moverse y a cambiar su vida gracias a algo que le llamó la atención, y de allí se convirtió en su meta y su motivación. 

 

     A Lina le tocó trabajar en un lugar donde se sentía psicológicamente maltratada por su entorno. Cada vez se sentí más agobiada, triste y vacía. Vivía una vida sin sentido y sin rumbo. Pero en ese momento no tenía otra opción. 

     Un día unas amigas le hablaron de unas charlas gratuitas sobre la auto-confianza y el desarrollo personal. A pesar de que llegaba allí agotada, Lina siguió haciendo el esfuerzo de ir a esa charla, porque cada vez que salía de allí, se sentía mejor. 

     Meses después, cansada de aguantar tanto en el trabajo, decidió dejar esa empresa y marcharse de esa ciudad. No sabía que iba a hacer con su vida, sólo quería desconectarse de todo aquello para respirar un aire nuevo. 

     Así fue como llegó a Valencia. Sola y sin recursos, pero siempre recordando y practicando las cosas interesantes que aprendió en aquellas charlas. Pronto encontró un trabajo de camarera, y a los dos años una pareja estable. Su vida empezó a tomar otra forma. 

     Con el tiempo, se enteró de un centro donde hacían actividades como la relajación, yoga, meditaciones, etc...Y de allí empezó a conocer a personas interesantes, igual que ella, en busca de la felicidad. A veces se metía en internet para buscar cosas sobre el desarrollo personal. 

     Había un conferenciante en concreto que le llamaba mucho la atención. Empezó a profundizar en el tema, encontró su contacto y le invitó a Valencia para dar una charla y hacer sus terapias. 

     Lina tuvo que hacer un gran esfuerzo para sacar tiempo y organizar todo el tema de la conferencia - buscar un lugar adecuado, extender la información, encontrar un lugar cómodo donde el invitado podía quedarse esos días, atender las llamadas de las personas que necesitaban más información, y así, muchas cosas. 

     A veces se le hacía difícil, entre el trabajo, la casa, otras responsabilidades. Pero era tanta la alegría que ella no notaba el cansancio. Empezó a conocer a más personas, algunos le echaban una mano en lo que podían. 

     ¡La visita del conferenciante fue todo un éxito! Una experiencia muy gratificante para Lina, en la cual recibió muchos agradecimientos por parte de las personas, algo que la hizo sentir llena de dicha y alegría. 

     Poco después encontró un trabajo mejor, relacionado justo con lo que más le gustaba. Era una oportunidad maravillosa de practicar lo aprendido y seguir desarrollándose. 

Hoy la vida de Lina ha cambiado mucho. Se siente feliz y realizada. Sigue soñando con lograr pequeñas metas, aprendiendo cosas nuevas de vez en cuando, y ha superado muchos miedos en el camino haciendo cosas de las que antes se sentía incapaz. De vez en cuando le aparecen situaciones difíciles, pero ha aprendido a verlas como un reto más para superar, una experiencia que le ayudará a seguir enriqueciéndose como persona.

Aquel conferenciante le sirvió de motivación para `levantarse y ponerse de pie´, y después, una cosa le ha ido llevando a otra. 

     Resultado - ¡¡cada vez la veo más guapa y rejuvenecida!! 

 

Autora: Divya Vatnani.

 

UNA GRAN TRANSFORMACIÓN

     Esta es la historia de Antonio. Cuando lo conocí hace unos años, no salía de su cuarto, que está en la parte más alta de su casa. Vivía encerrado en su mundo y pasaba la mayoría de su tiempo pintando. ¡Todo un artista! Pero sus cuadros reflejaban mucho dolor. Él siempre parecía enfadado, pero algo me decía que su Ser era muy puro y lleno de bondad. 
      A mi amiga Kaly,que es su hermana,la conocí cuando se inició conmigo en Reiki Kundalini y poco a poco animó a su hermano también, que era algo reacio a estos temas. 
     Pero pronto las cosas empezaron a cambiar. A medida que Antonio iba practicando lo que había aprendido, su cara y sus pinturas empezaron a reflejar otra luz, otra belleza. Una vez que adquirió la maestría en ese curso, arrastrado por su hermana, se animó a iniciar a otras personas. ¡Estaba cogiendo gustillo a `esas cosas raras´!
     Pocos meses después hizo un curso de `aprender a canalizar´, con Alicia Sánchez Montalbán, una persona muy especial. ¡Otro gran cambio en su vida! A partir de ahí, empezó a recibir mensajes del Universo de una forma inesperada. 
     Anoche me estuvo contando que contactar con sus guías se ha convertido para él en su pan de cada día. Conociendo a Antonio, ¡algo inimaginable hace tan sólo unos meses! ¡Sus cuadros han adquirido un aspecto realmente asombroso! Espero que algún día puedan salir a la luz.  Hace poco, él recibió un mensaje a través de sus guías. ¡Me dejo sin palabras! Al parecer, en todas sus vidas pasadas había sido una persona muy negativa, de carácter duro y había cometido errores que no podemos ni imaginar. Había causado mucho dolor a las personas. Sólo en una vida muy remota, fue un neandertal muy bueno y pintaba animales en las paredes de las cuevas. 
     De allí entendió porqué le apasionaba la pintura en esta vida, y también la razón por la cual últimamente sentía una paz y felicidad enorme al ayudar a la gente. Le servía para reparar los errores del pasado, limpiando así todas las memorias de dolor y culpabilidad grabadas en su subconsciente. Sus guías le dijeron que en el futuro él iba a ser un monje budista. A lo mejor se refieren a que llegará a ese nivel de paz y sabiduría. 
     Eso ya se verá, yo me quedo con su presente, con todo lo que ha logrado cambiar su vida. Todo un ejemplo para muchos de nosotros. 
     Cuando le pedí permiso para poner aquí su relato, me dijo,``mientras sirva para ayudar a alguien, adelante´´. ¡Qué grande y qué humilde! ¡Gracias Antonio! ¡Te queremos!  
     Entre los muchos mensajes que ha recibido a través de sus guías espirituales o maestros ascendidos, Antonio ha querido compartir tres de ellos con nosotros :- 
     1 - Esta primera canalización fue de un gran maestro en la India, Babaji, al que él adora. Le decía:-
¡Hola amigos! ¡Bienvenidos, bien hallados, todos los que me siguen! Agradezco de corazón y de espíritu lo que habéis hecho para que mis enseñanzas hayan llegado a otros seres. La vida continúa. Todo sigue. Cada vez más en paz, en armonía y con un gran amor. Continúa con mi mensaje.
Sigue con la humildad, es el camino de la verdad, la verdad de la elevación espiritual, de la armonía y la Divina Consciencia Cósmica. 
     Me alegro mucho por ver que en todas partes del mundo siempre hay seres que creen que puede existir otro mundo mejor lleno de luz y amor, compartido en armonía con la Gran Madre Tierra, creada para que todos los seres que la habitan, compartan sus manjares, y nos cobije en su seno, y nos arrulle con el sonido del viento, el discurrir de los ríos, y con el vaivén de las olas del mar. 
     El poder de querer con el corazón y con el alma rompe barreras, obstáculos, e ilumina el camino para que todos lleguen a donde tienen que llegar. 
     
     2 - Este mensaje es del Dios Shiva, muy venerado en la India:-
     Yo no soy más que tu, ni menos que tu. Pero tu tampoco eres menos que yo ni más que yo. 
No importa la orientación sexual, la cultura, la ideología política o religiosa, la lengua, la raza, y el color. Todos somos iguales, y todos venimos de un único Ser, lleno de amor, de luz, de paz, de comprensión, de tolerancia, de humildad y de respeto; pero que las religiones han manipulado y tergiversado el mensaje del Creador. 
     Todas las deidades, y formas religiosas son simplemente seres de luz. Pero para que nosotros entendamos, le hemos puesto imagen pero, realmente son seres de luz.
 
     3 - Proverbios que él recibe de vez en cuando, de Sai Baba, otro gran maestro de la India:-
     - El que aprende a escuchar y callar tiene menos problemas que sanar. 
     - Lo compartido y repartido bien recibido será. 
     - La paciencia es la madre de todas las ciencias y la parsimonia es para cada día.
     - Esperar sentado (por ejemplo, el autobúses menos cansado, y si no pasa, por lo menos estás sentado (o tranquilo).
     - Las cosas no se dan cuando uno quiere sino cuando surge. 
     - La impaciencia es  - no vivir el momento, cada instante, cada minuto, cada segundo. 
     - Si esperas lo que no ha de llegar, esperándote te quedarás. 
     - Si lo que ha de llegar llegará, entonces para que esperar. 
     - Si lo que ha de llegar llegará, ¿entonces para qué preocuparse de cuándo llegará?
     - Las opiniones compartidas con corazón bien recibidas son.
Autora: Divya Vatnani. 

 

 

 

LAS DEUDAS DE LORENA


     ¿Qué ocurre cuando logramos perdonar? Se cierran las puertas del pasado y se abren las puertas del futuro. El bloqueo se disuelve y logramos avanzar, dar un paso más en la vida. Y si no, veamos aquí. 
     Conocí a Marta hace unos años, en un curso que hicimos las dos. A partir de ahí, nuestra amistad fue creciendo. Ella vivía en otra ciudad pero venía aquí, de vez en cuando, a visitar a su madre. Siempre que podía, buscaba hueco para quedar conmigo. 

     En uno de sus viajes, me comentó que estaba cansada de cierta situación y no sabía cómo salir de ella. Se trataba de una amiga de la infancia, Lorena, que había cambiado de varios trabajos; había montado pequeños negocios, pero nunca con éxito. Tenía muchas deudas y quería intentarlo una vez más con una pequeña empresa. Marta le abrió las puertas de su casa para ayudarla, ya que llevaba 3 meses sin poder pagar el alquiler de la suya. Además le prestó también una cantidad de dinero. 

     De todo aquello ya hace unos años, en los cuales Marta siguió prestándole dinero y otra ayuda, pero Lorena no parecía valorar todo aquel esfuerzo. Seguía en su casa, sin mostrar intención de pagar las deudas, o mudarse a otro lugar. No paraban de discutir. Con todos estos nervios acumulados, Marta iba aumentando de peso. 
     Un día, Pilar, una amiga común, la llevó a un par de sesiones de PNL para ayudarle a relajarse y cambiar un poco su modo de pensar. La última vez que vi a Marta, me dejó sorprendida con lo que me contó, aparte del peso que había logrado reducir. Dijo que un día, cansada de estar pensando continuamente en esas deudas, que iban en aumento y, los enfrentamientos con Lorena, decidió olvidarlo todo, liberarse de esa carga mental y empezar de nuevo desde cero o, por lo menos con más tranquilidad, como si no hubiera pasado nada. Y por ello, no quería seguir pensando en lo que le debían. Aquello ya era un pasado, un sueño (o pesadilla). El día de hoy era diferente. A partir de ahora, Marta sólo quería mirar hacia adelante. Cogió unos días de vacaciones para poder desconectarse de todo. 
     Cuando venía hacia aquí, en el barco se encontró con una pareja que quería comprar una casa que ella tenía en la ciudad donde vivía su madre. Ella llevaba mucho tiempo intentando vender esa casa y no hubo manera. Y ahora, de repente, encontró a esta pareja que se la compraron encantados. Poco después, su amiga Lorena se fue por si sola de su casa.
     Este es un gran ejemplo de cómo a veces, nos aferramos a cosas del pasado que terminan bloqueándonos de tal manera que no logramos avanzar en la vida. Eso es lo que significa realmente “perdonar”. Dejar ir lo que ya ocurrió para poder recibir lo nuevo. No se refiere a ser sumisos, sino a liberarse de esa carga mental que no nos permite ver las otras oportunidades que nos esperan. Si seguimos pensando en aquella tormenta de años atrás, que arrastró nuestras pertenencias, como en el caso de Marta, nunca podremos disfrutar de las experiencias del presente. No siempre es fácil lograrlo, a veces se nos presentan situaciones bastantes difíciles, donde necesitamos agarrarnos a alguna terapia de crecimiento personal, pero allí es donde se esconde el desarrollo del Ser Humano, un enriquecimiento más en el camino de la vida para volver a recuperar la sonrisa y la alegría.

 

Autora: Divya Vatnani.

 

CAMBIO PARA SER FELIZ


     Desde muy pequeña, Ingrid tenía conflictos continuos con su padre. Ella era hija única y su padre muy protector. Él la quería mucho, pero tanto que terminaba agobiándola. A medida que ella fue creciendo, se sentía cada vez más asfixiada. Adoraba a su padre pero a la vez se sentía tan limitada que no podía avanzar en la vida. En el silencio de las noches, soñaba con aquel día, en el que encontrara a su Príncipe Azul, que vendría a liberarla de esta situación para llevarla con él, hacia la libertad. 
     Ese día llegó. En una fiesta de Noche Vieja, un amigo común le presentó a Álvaro, un chico muy  cariñoso, respetuoso y encantador. No fumaba, ni bebía. Todas las chicas iban detrás de él. Pero él quería algo más serio, una buena esposa con la que pudiera formar una familia llena de ternura y amor. Cuando vio a Ingrid, no le dio tiempo ni de pensar. Los dos estaban seguros  que estaban hechos el uno para el otro. Pronto se acercó el día de la boda. La noche anterior, los dos tuvieron una discusión muy fuerte. 
     Le pregunté a ella si estaba segura antes de dar este paso. Entre lágrimas, me dijo que no lo sabía, se sentía confusa. Álvaro la quería muchísimo. Cuando estaban a solas, el tiempo pasaba volando, parecía un cuento de hadas. Pero a veces, por interferencias ajenas, surgían esas tremendas discusiones. Al final ella decidió seguir adelante. Se casaron y a los dos años nacieron sus gemelos Pablo y Martín. Aunque no hubo grandes cambios en la relación de la pareja, seguían igual, a veces muy enamorados, a veces con discusiones interminables, por una u otra razón. Al cabo de 3 años, Ingrid le confesó a su amiga Sylvia que quería separarse. 
     - ¿Hasta cuándo vas a seguir escapándote así? - le dijo ésta.
     - ¿A qué te refieres?
     - ¿No te das cuenta que estás viviendo la misma situación que en casa de tu padre?          Mucho amor por una parte, y agobio por otra. Saliste de allí para sentirte liberada y, ahora te vuelves a encontrar en lo mismo. Álvaro te quiere mucho, pero te asfixia por querer protegerte.¡ PERSONAS DIFERENTES, SITUACIONES DIFERENTES, PERO SIGUES SINTIÉNDOTE IGUAL!
     - Por eso quiero salir de aquí. 
     - Puedes tomar la decisión que tú quieras, pero la que tiene que cambiar eres tú, no los demás. Aprende a relajarte, eso te daría fuerzas para enfrentar las situaciones de otra manera, en vez caer siempre en la misma. Tienes que cerrar este círculo. 

     Ingrid no entendía nada. Su cabeza estaba hecha un caos. Ella conocía a su amiga. Sí es cierto que casi siempre se la veía tranquila, relajada, con actitud positiva, haciendo sus meditaciones con constancia, pero ella no tenía tiempo para estas cosas. Por ahora, separarse parecía la mejor solución. 
     Meses después, Ingrid estaba otra vez en casa de sus padres, junto a sus gemelos. Después de unos dos años de volver a respirar y sonreír, ella encontró trabajo. El único problema allí era su jefe. Un señor mayor, muy simpático, pero...se llamaba Álvaro. ¡Tremenda casualidad! 
     A principio ella no le dio importancia. Pronto surgieron problemas en la empresa. Después de pasar varios meses aguantando, ella decidió dejar aquel trabajo. Mientras buscaba otro, conoció a Julia. Le caía muy bien, pero no paraba de hablar de su novio que se llamaba ¡Álvaro!!
     ¡Parecía que el destino le perseguía!! Al final no le quedó más remedio que volver a su amiga Sylvia, que le fue mostrando distintos caminos para cambiar su modo de pensar y de vivir. 
     Hoy en día, Ingrid tiene su propia empresa, algo que siempre había soñado. Vive muy feliz con su pareja Alberto y los gemelos. Ha conseguido cerrar el círculo anterior. Ha entendido que si ella no se hubiera esforzado para cambiar su manera de pensar, hubiera acabado cayendo en una situación muy parecida a la de su madre y su abuela. 
     De vez en cuando le viene mucho a la mente las palabras de Sylvia, “realmente no se trata de alejarse de las situaciones o de las personas, sino cambiar lo que tú sientes por dentro”. A todos nos ha pasado, cuando estamos bien, todo parece fluir. Pero basta que nos sintamos mal y las cosas empeoran, y todo es una traba y otra y otra, hasta que la mente termina muy enredada, esperando que la volvamos a desenredar, para poder cambiar las cosas. 

 

Autora: Divya Vatnani.

 

LAS MULETAS


     En aquellos días mi hijo adolescente estaba lesionado, con una escayola en toda la pierna, aprendiendo a moverse con las muletas y esperando una operación. Con esa situación que se me había presentado, tuve que hacer ciertos cambios en mis actividades exteriores, reduciéndolas al mínimo para poder atender a mi hijo. Estaba asustado (y yo más que él), porque el día anterior, se había caído mientras intentaba moverse con las muletas. Su fractura podía haberse empeorado, ¡se salvó por un pelo!
     Por eso le dije a Inma aquel día que no iba a viajar a Tenerife aquel fin de semana para hacer ese curso que tanto deseaba. Ella me dijo, ''No seas tonta, tienes que hacer ese curso, es una oportunidad única. Además no intentes ser “la muleta” de tu hijo. Ha de aprender a ser independiente sea cual sea la situación. No vas a estar con él toda la vida. Dentro de lo “malo” su estado no es tan grave. Por lo menos puede moverse. Y sólo se trata de un fin de semana.
     Al oír esas palabras, un tremendo escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Si me lo hubiera dicho otra persona, no le hubiera dado tanta importancia. Pero al darme cuenta con quién estaba hablando, ¡me quedé sin palabras!
     Desde que era un bebé, Inma padecía de una fuerte poliomielitis. Había pasado toda su vida con aparatos ortopédicos en las piernas, y se ayudaba de muletas para poder caminar aunque posteriormente se vio obligada a utilizar una silla de ruedas automática. Se sometió a varias operaciones quirúrgicas y también a diferentes tratamientos alternativos. Aún así había trabajado como cantante en distintos lugares y  como telefonista en dos centrales de radio-taxi, llegando hasta formar su propia empresa de confección industrial. Sobre los 43 años de edad, llegó a estar encamada durante varios meses que se terminaron convirtiendo en dos largos años sin ni siquiera poder darse la vuelta en la cama. Necesitaba ayuda para todo. Según los médicos, no había remedio. Iba a seguir así toda la vida. Aún así consiguió la solución  y un día consiguió levantarse de la cama. Hoy en día ella viaja continuamente de un lugar a otro, dando cursos y conferencias en relación a sus experiencias. No se ha recuperado del todo, pero tampoco ha perdido la esperanza. ¡Con todo lo que ha logrado!
     Gracias a sus palabras aquel día, me animé a hacer ese curso. Fue un viaje inolvidable en el que tuve la oportunidad de estar en su día a día, y ver como hacía tantas cosas a pesar de sus limitaciones. Cuando volví a casa, el problema de mi hijo me pareció muy pequeño ante todo lo que había visto. Ya no estaba tan pendiente de él todo el rato. Y curiosamente, empezó a recuperarse antes de lo previsto. Me siento muy agradecida a Inma por formar parte de mi vida y por todo lo que me ha aportado.
     Por si os interesa saber algo más sobre ella, pueden visitar su página web - http://inmaimshaya.wordpress.com

     Ella es una persona de fuerzas inagotables y tiene mucho que aportar al mundo. A pesar de estar con muletas, yo diría que ella vuela!! A base de sus esfuerzos incansables, ha logrado muchos milagros, y si ella puede, todos podemos. GRACIAS POR SER UN EJEMPLO PARA EL MUNDO INMA, ¡¡TE QUEREMOS!!

 

Autora: Divya Vatnani.

 

CONVERTIR LOS PROBLEMAS EN MOTIVACIONES

 

 

 

   Esta es la historia de una niña jovencita llamada Sara. Bailar era su pasión. Disfrutaba subiendo a los escenarios para mostrar todo ese arte que llevaba en su interior.

Hasta que un día, a raíz de un accidente de coche, le tuvieron que amputar una pierna. Estaba destrozada. Pasó unos dos años muy largos, llenos de lágrimas y frustración, intentando adaptarse a la nueva situación.

   Cuando se enteró de que podía volver a bailar usando una prótesis, no lo dudó ni un minuto. Fueron varios meses muy duros en los cuales su pierna sangraba cada vez que intentaba bailar. Pero al final logró retomar su sueño - volvió a subir a los escenarios, dejando a todo el mundo con la boca abierta, incluso al novio que la dejó después del accidente. Esto fue tan sólo un principio de su nueva vida. A partir de allí empezó a subir escalones de éxito.

 

   Una historia realmente inspiradora para todos aquellos que se ven bloqueados por razones mucho más pequeñas.

 

   ¿Si una persona como Sara, que tuvo que soportar todo tipo de comentarios, pudo superar sus límites, porqué no nosotros?

 

Autora: Divya Vatnani.

 

REALIZAR TUS SUEÑOS

 

   Desde muy pequeño el sueño de Raúl era ser camarero de mayor. A sus padres no les gustaba la idea. Como suele ocurrir en estos casos, ellos querían para él unos estudios altos, y quizás una carrera de medicina, ingeniería, tecnología, etc. Pero Raúl se pasaba el día jugando al malabarismo y otros juegos que sus padres consideraban una pérdida de tiempo. Por mucho que lo intentó, al final cuando llegó el momento, él se fue a otra ciudad y empezó a trabajar en lo que siempre había soñado. Gracias a su entrega e ilusión llego a ser un camarero de un Gran Hotel. Con el tiempo, supo ganar la confianza de la empresa, con lo cual le fueron subiendo de categoría. 

 

   Una Noche Vieja invitó a sus padres a cenar en el restaurante de ese Hotel. En un principio, les costó aceptar la invitación pero decidieron ir para ver como trabajaba su hijo. Al llegar allí se llevaron una sorpresa realmente grande viendo como todos adoraban a Raúl. Con sus trucos de malabarismo, risas, pequeños trucos de magias, en seguida, él ganaba el corazón de todas las personas. Era el centro de atención de los clientes. 

 

   A partir de allí, por primera vez, sus padres se sintieron orgullosos de él y se dieron cuenta que lo importante en la vida no era hacer algo `grande´ sino algo que nos gustara, por muy pequeño que parezca. Sólo entonces podremos disfrutar de lo que hacemos, sentirnos felices y dispuestos a entregarnos y mejorar cada día. 

 

Autora: Divya Vatnani.

ALUCINANDO CON LAS EXPERIENCIAS!

 

 

Agradezco enormemente a todas las personas que comparten conmigo sus experiencias y me dan el permiso de publicar sus relatos en esta página web, aunque sea cambiando el nombre. Entre todos, seguimos aprendiendo y creciendo.   Un abrazo enorme a todos!!

 

   Paloma se estaba cansando. Todo parecía ir en su contra. Su marido estaba sin trabajo, en casa, quejándose de todo lo posible - la tele que estaba estropeada y no se podía reparar por problemas económicos, el grifo roto, el gobierno que no hacía nada, los vecinos que hacían demasiado ruido, y especialmente los tres hijos que no le escuchaban. Entre sus problemas personales de salud, las atenciones que necesitaba su madre y que nadie le hacía caso, ella se vio con tantos problemas en su cabeza que no podía más. Tenía un trabajo que podía atender desde su casa, pero con este jaleo le costaba concentrarse. Aquella tarde se le cruzaron los cables y no sabía qué hacer. Lo había intentado todo. De repente se acordó de los decretos que le comenté - 'No he visto nada, no he oído nada, aquí no ha pasado nada'. 

   Lo repetía cada vez que se quería concentrar en su trabajo y lo veía imposible. Me dijo que le sorprendió mucho el resultado. Como se decía a si misma que no había ni oído ni visto nada, era como si poco a poco todos los pensamientos y las preocupaciones se alejaran de ella. Se sentía ligera, y se metía tanto en lo suyo que se iba desconectando del resto. Cuando se daba cuenta, asombrosamente la situación alrededor se había transformado. Ahora sigue experimentando, intentando no prestar atención a lo que no le gusta oír o le afecta, mientras repite ese decreto en su interior y sigue encontrándose con pequeñas sorpresas.  

  Como ya no piensa en su salud porque está cansada, curiosamente ha empezado a mejorar. Su madre ha encontrado una amiga nueva y parece más entretenida. Su marido, aunque no tiene trabajo fijo, ha empezado a 'tropezarse' con algún que otro trabajito como electricista. Y ahora me dice, ''Creo que estoy pillando el truco, se trata de no pensar tanto en los demás, por muchos problemas que haya, sino concentrarse en uno mismo, tomar las cosas según van llegando en vez de pensar en todas a la vez y si algo tiene que solucionarse, se soluciona y si no, por lo menos no se empeora o uno no se ve tan afectado. Por algo dicen que cuando no se puede cambiar al mundo, es mejor cambiar a uno mismo''. 

 

Autora: Divya Vatnani.

 

¿REALMENTE EXISTE LA 'MALA SUERTE'?

 

   Recientemente coincidí con una persona de mi entorno familiar después de unos 20 años. En todo ese tiempo, Mónica había pasado por muchas situaciones dolorosas - había perdido a sus padres, a los que estaba muy apegada, se divorció dos veces, ahora vivía cerca de su hermano y su cuñada, sola sin hijos y sin trabajo; tan solo con esa minusvalía leve que tenía desde pequeña y le había hecho crecer con muchos complejos. Hace años que se la ve triste y quejándose de su mala suerte. Sus fotos de antes y ahora eran casi idénticas - sin sonrisa. 

   Intenté explicarle que no se trataba de una mala suerte, sino que se había acostumbrado a ver el lado negativo de la vida y aunque ocurrían cosas buenas, ella no se daba cuenta. Por estar siempre malhumorada seguía atrayendo problemas. Le expliqué el Ejercicio 1 que está en la pestaña de 'Ejercicios prácticos' de esta página web, pero no me entendió. Después de unas horas cuando volví a verla, la dije:-

   - Para un momento y cuéntame algo bonito que te haya pasado hoy.

   - Nada. A mí nunca me pasan cosas bonitas. 

   - No importa. Sigue intentando y cuando te acuerdes de algo me lo comentas. 

   A los 5 minutos, me llamó para contarme que esa mañana, nada más levantarse su cuñada la felicitó por haber colocado tan bien sus cosas, algo que le llegó muy al corazón, quizás por su manera de decírselo. Y el día anterior, alguien le dijo que estaba guapísima, a pesar de que ella se veía con sus mil complejos. Le recomendé seguir con ese ejercicio que le pareció gustar. 

   Después de unos pocos días me comentaron que encontró un trabajo, justo en lo que más le gustaba, peluquería. No sé si siguió con su ’buena suerte', porque no he vuelto a saber de ella, pero espero que sí....

 


Autora: Divya Vatnani.

EL CÁNCER TENÍA SU PROPÓSITO

 

 

   Hablando con Ana, me estaba contando el caso de su suegra que tuvo cáncer hace unos pocos años, y también su tía Carmen que más o menos en la misma época padeció una enfermedad similar.

   A su tía le dijeron que le quedaban aproximadamente 6 meses de vida. Ella era una persona de gran corazón, siempre pensaba primero en los demás y luego en ella .De carácter abierto y siempre dispuesta a ayudar. Se preocupaba en exceso por sus seres queridos. Estaba bastante mal de salud, sufriendo tremendos dolores .Le asustaba terriblemente la idea de tener que morirse, en parte por el miedo a lo desconocido y en parte por no dejar atrás solo a su hijo adolescente al que adoraba. Con toda prisa la familia le arregló todo para que ella pudiese cumplir su sueño de casarse con su pareja antes de irse. Después de la boda, su salud siguió empeorando, aunque su forma de ser seguía igual, con su exceso de preocupaciones y apego por los demás, a pesar de su situación personal. Tras varios meses de largo sufrimiento, al final falleció.

Cuando se enteraron de la enfermedad de su suegra, Ana y su familia supieron que estaban hablando de un largo proceso de quimioterapia, con todos los efectos secundarios que eso conlleva y la incertidumbre de no saber si saldría todo bien. Sin embargo, ella tomó las cosas de otra manera. Le costó, pero aceptó lo que tenía. Empezó a centrarse más en ella misma, cuidándose lo mejor que podía, aprovechando todo ese tiempo de estancia en el hospital para recapacitar sobre toda su vida, sobre cosas buenas que ella había hecho, otras con las que se sentía culpable pero quería aprovechar el tiempo que le quedaba para transmutar, o sea, intentar  comprender y aceptar tantas cosas que antes le costaban, y quizás reparar algún que otro daño que había hecho sin querer. Han pasado ya unos años, ella está viva, ha recuperado su pelo, ha superado el cáncer, y se ha convertido en una persona muy amorosa con la que uno puede disfrutar y aprender mucho de toda su experiencia.

   Ana me estaba contando que a pesar de que las experiencias con las dos personas fue bastante difícil, fue una gran enseñanza para toda la familia y las personas que les rodeaban, porque sintieron que cuanto más nos preocupamos por las distintas cosas de la vida, por muy difíciles que sean, más sufrimos. Sin embargo si intentamos aprender de las situaciones, las cosas pueden fluir de otra manera.

   Pocas horas antes de fallecer, su tía, cansada de tanto sufrir, dijo que ahora si estaba preparada para irse porque sentía algo bonito esperándole al otro lado y, algo en su interior le dijo que su familia estaría bien cuidada aunque ella no estuviera. Sólo entonces pudo irse con tranquilidad, transmitiendo una paz inmensa a su alrededor.

 

Autora: Divya Vatnani.

 

 

VIVIR AQUÍ Y AHORA

 

   Cuando Benito me pidió preguntar a mis guías si tenían algún mensaje para él, no sabía que decir. Yo siempre me había sentido muy pequeña ante él. La gente le adoraba. Siempre estaba ayudando, si no a uno, al otro, de forma incansable, mandándoles sanaciones, dándoles consejos o limpiándoles el aura para que volvieran a sonreír. En el fondo a veces yo quería llegar a ser como él. Lo que no entendía era porqué a pesar de hacer tanto, se estaba enfermando de esta manera, a pesar de tener tantos seguidores, en su vida personal seguía más sólo que una uña y económicamente estaba hundido. A eso él decía que eran sus lecciones, cosas que él tenía que pasar para seguir creciendo y desarrollándose como alma. Por una parte, me parecían palabras de mucha sabiduría, por otra parte algo no me cuadraba....Quizás porque le veía siempre agobiado, cansado, aún haciendo esfuerzos para siempre estar sonriendo.

 

   Lo entendí mucho mejor cuando recibí el mensaje. Me gustaría compartirlo con todos, creo que nos puede servir en un momento u otro de la vida.

 

   Querido Ángel en la Tierra,

has adquirido este cuerpo humano para vivir, para experimentar, para sonreír, para ser feliz, para saborear cada momento, y con él, crecer y evolucionar.

   Y para poder hacer eso de la mejor manera, necesitas quitar tus alas, y tu traje de ángel, para que la gente no te siga viendo como algo grandioso, pero inalcanzable. Durante un tiempo olvídate que eres un ángel. Como si fueras un niño pequeño, haz todas aquellas pequeñas cosas que te hagan feliz. Puede ser algo tan sencillo como construir un castillo de arena, caminar en el jardín, salir a pasear, bailar, etc. Olvídate que eres un ser espiritual, no necesitas vivir castigándote continuamente. Permítete ser un humano más, vivir experiencias humanas y florecer, brillar con tu sonrisa y ver como las oportunidades fluyen hacia ti. Una vez que te retires un tiempo, te recargues y te llenes de vida, podrás ayudar a los demás de una manera mucho mejor. En vez de hacer que las personas dependan de ti, permíteles ser 'espiritualmente independientes y libres'. ¿A qué tienes miedo? ¿Sufrirán sin tu ayuda? ¿Acaso tú no has pasado lo tuyo para llegar hasta aquí? Enséñales a caminar, pero no camines por ellos. Tú tienes que hacer tu camino. Aún te queda mucho por hacer, tu misión es muy grande. No te quedes estancado en un punto por ayudar a los demás. Tienes que avanzar. Así ayudarás a que avancen muchos detrás de ti. ¿No es lo que siempre has querido en el fondo de tu alma?

 

   Con esto, entendí muchas cosas. Dejé de idolatrar a Benito. Comprendí que era un humano más que podía necesitar ayuda de vez en cuando, como todos nosotros. Ya no quería ser como él, ni como nadie. Sólo Ser Yo misma, mejorando día a día, con cada paso en la vida.

 

Autora: Divya Vatnani.

 

LA VALENTÍA DE SONIA

 

 

   Alex y Sonia llevaban varios años casados. Los primeros años fueron muy bonitos. Los dos eran personas muy sencillas, les gustaba reunirse de vez en cuando con los amigos o la familia. Uno trabajaba como dependiente en una tienda y el otro en catering. Los sueldos no eran muy elevados pero ellos eran felices. Su único hijo Jorge era muy desinquieto y sufría de un ligero 'retraso mental'. A medida que fue pasando el tiempo, aparecieron dificultades económicas. Quizás viéndose impotente ante eso, y por su hijo, Alex fue cayendo en una depresión. Una cosa fue llevando a la otra. Para liberarse de ese agobio mental, empezó a jugar a las máquinas y perdió mucho dinero aumentando la tensión en casa. Los siguientes años fueron muy difíciles en todos los sentidos.

   Según me contaron las personas que les conocían de cerca, hoy en día las cosas no habían cambiado mucho. Alex seguía igual, sin trabajo y bajo depresión. El niño, ya grande, estaba trabajando, ayudando a un familiar en un trabajo sencillo y así ganando algo de dinero. No tenía amigos, vivía prácticamente aislado. A pesar de todo eso, últimamente a Sonia se la veía muy feliz. La gente no lo comprendía. En esa situación cualquiera se derrumbaría, pero ella no.

   Me lleve una sorpresa muy grata cuando hablé con ella después de mucho tiempo. Me estaba contando que al principio ella también se estaba afectando con todo, pero un día se dio cuenta que sólo tenía dos caminos por delante - hundirse, con lo cual todo iría a peor, o tomarse las cosas de otra manera. Así que eligiendo la segunda opción, empezó a desconectar su mente de las cosas en las cuales apenas podía hacer algo, o sea su marido y su hijo, y empezó a enfocarse y darle prioridad a mejorar su vida personal, buscando un trabajo mejor, saliendo con las amigas de vez en cuando, haciendo alguna actividad. Me confesó que repetía mucho en su interior el decreto del Arcángel San Miguel y eso quizás le aportaba mucha fuerza interior y le ayudaba a sentirse feliz a pesar de todo. A veces le costaba, porque tenía que levantarse temprano y estar casi todo el día de pie pero merecía la pena porque al verla feliz, su hijo había empezado a mejorar y ahora tenía algunos pocos amigos. Ella ya no sentía pena por su marido, hacía lo mejor que podía para él porque lo quería con toda su alma, pero a la vez lo acepta tal y como es. De esta manera, aunque no podía hacer mucho por él, por lo menos no se estresaba. Ya se había dado cuenta que el estrés va formando una especie de cadena contagiosa, afectando a las personas que nos rodean, en el trabajo y en todo nuestro entorno, afectando también nuestro rendimiento en cada área. Y no es lo que ella quería. Así que eligió vivir cada situación con amor y sonrisa.

 

Autora: Divya Vatnani.

 

PERSONAS EJEMPLARES

 

   Esta es una de esas historias que hasta que no te la cuenta alguien cercano cuesta creer. Pero es real, ese personaje existe entre nosotros, de forma anónima. Estamos hablando de Florentino, el tío de Alberto, cercano a los 70 años. Poco después de casarse, él y su mujer tuvieron a su primer hijo. Pero falleció al poco de nacer. Y así pasó con los siguientes cuatro que nacieron. Pocos años después, su mujer también perdió la vida, dejando atrás a un marido joven, destrozado con tanto dolor y con toda la vida por delante. Florentino perdió la ilusión de vivir. Con el paso del tiempo se fue apagando. Una noche tuvo un sueño en el que su mujer le decía que todos estaban muy bien, no tenía por qué preocuparse por ellos. Él estaba allí porque tenía que cumplir con cierta misión - ayudar a los demás en todo lo que pudiera.

   Nunca volvió a rehacer su vida y, continuó el resto de su vida entregándose a los demás. Según me han contado sus familiares, él es una persona con una tremenda paciencia y transmite una paz inmensa cuando habla. Se dedica a visitar hospitales, o enfermos en casa de las personas que le invitan, para aliviarles un poco con sus palabras que han ayudado a muchos a sentir tranquilidad y fuerza para seguir adelante. Ayuda económicamente a mucha gente, siempre que puede. Tiene grabados algunos CDs con meditaciones muy bonitas. Aparenta mucha menos edad y con la felicidad que transmite su cara, parece increíble que haya pasado tanto dolor.

   Con todo lo que me hablado de él, espero poder conocerlo algún día.

 

Autora: Divya Vatnani.

 

NO TENGO TIEMPO



Vanessa era una chica normal y corriente, de unos 35 años. Vivía su día a día de forma rutinaria - cuidando de sus dos hijos, atendiendo su casa, el perro, la familia y su trabajo como dependienta. Siempre había soñado con ser psicóloga pero por distintas razones tuvo que dejar sus estudios a medias, no pudo terminar el bachillerato por tener que atender otros asuntos. Ahora casi se estaba olvidando de su sueño, porque por una parte no tenía tiempo para atenderlo y, por otra parte, sentía que era algo tarde.

 

Un día su madre, que vivía con ella, tuvo una caída en la que se fracturó la cadera. Los médicos dijeron que no se le podía operar por la edad y por otros problemas de salud que ella tenía. Estuvo ingresada unas dos semanas en el hospital donde empezó a tener problemas de corazón. Así que de allí, se quedó encamada. Volvió a casa, porque según los médicos ya no se podía hacer más y era recomendable que pasará sus últimos días, semanas o meses entre los suyos. Vanessa tuvo que hacer frente a esta nueva situación como pudo. Empezó a trabajar a media jornada, y en casa tuvo que hacer muchos cambios en la rutina. Le gustaba mucho arreglarse pero ahora todo era sencillo y rápido para poder atender a su madre. No le gustaba mucho ver la televisión, excepto algún que otro programa favorito. Pero ahora no había tiempo ni para eso. Su madre estaba cada vez más irritada, frustrada, y necesitaba mucha atención. Había que armarse de una gran paciencia. 

Pasaron varios meses en los cuales Vanessa se dio cuenta de cómo su vida había cambiado por completo, inesperadamente. Antes de la caída de su madre, no tenía tiempo para nada. Ahora, tenía que sacar tiempo de donde fuera. Comía cosas rápidas en vez de elaboradas, no podía atender a sus hijos como le gustaba, aunque al verse desatendidos ellos estaban madurando y tomando responsabilidades que antes no querían. Por otra parte se estaba ampliando aquel mundo suyo que estaba limitado a las personas de la familia, los compañeros de trabajo y los pocos amigos que tenían. Había conocido a mucha gente nueva, entre enfermeras y personas en situaciones parecidas y, había aprendido muchas cosas nuevas. 

 

Aunque se dio cuenta de todo eso tan sólo cuando falleció su madre dejándola con un vacío enorme. No sólo un vacío a nivel sentimental, sino también de tiempo que ahora le sobraba y la recordaba en cada momento. De una actividad agobiante, llegó a sentirse hasta inútil. Lo mismo sienten muchas personas que sufren una pérdida de trabajo, distanciamiento de alguien cercano o problemas de salud propia o de algún familiar. 

 

A veces ese tipo de lecciones aparecen en nuestras vidas para hacernos ver que si realmente queremos, podemos sacar tiempo para nosotros. Nunca es tarde para aprender, experimentar cosas nuevas y seguir evolucionando. 

 

Ahora que `le sobraba tiempo´, Vanessa volvió a retomar ciertas actividades que le gustaban mucho y había ido dejando de lado. Le sirvió de gran ayuda, no sólo para llenar el vacío, sino también para volver a sonreír y sentirse llena de vida.